Un interruptor termomagnético, conocido también como llave térmica, es un dispositivo que protege cables y elementos eléctricos conectados en un mismo circuito eléctrico.
Su principal función es la de evitar subidas de tensión que pueden ocasionen severos accidentes para la propiedad, e incluso dañar la integridad física de los habitantes.
Los interruptores termomagnéticos han reemplazado a los fusibles, principalmente porque no hay que sustituirlos por uno nuevo cuando se funden.
En fábricas en las que se requieren de complejas instalaciones eléctricas, los interruptores termomagnéticos se complementan con componentes adicionales, como por ejemplo contactos auxiliares, bobinas de mínima tensión o sistemas de barras colectoras.
Índice
¿Qué es y para qué sirve un interruptor termomagnético?
Un interruptor es un dispositivo que se utiliza para proteger el circuito eléctrico de cualquier propiedad. En concreto, se encarga de preservar los cables y todos los elementos eléctricos conectados dentro del sistema.
Para ello, combina dos elementos (calor y magnetismo) para interrumpir la corriente eléctrica cuando se detectan valores de tensión superiores a ciertos parámetros.
Las subidas repentinas de energía pueden atribuirse a, por ejemplo, un golpe de tensión, la caída de un rayo durante una tormenta o a un mal servicio del proveedor de energía eléctrica.
Es importante tener en cuenta que una sobrecarga o cortocircuito puede desencadenar un verdadero desastre para la propiedad y sus habitantes, especialmente porque puede desencadenar un incendio.
Es por eso que el interruptor termomagnético es un dispositivo fundamental, que no puede faltar en tu casa, fábrica o empresa.
¿Qué características definen a un interruptor termomagnético?
Un interruptor termomagnético debe tener la capacidad de proteger el circuito eléctrico cuando pasa una corriente o intensidad mayor para la que el sistema está preparado.
El dispositivo tiene que tener una intensidad de corte (nominal) igual o superior a la capacidad que tenga el circuito.
La causa más habitual de una sobrecarga suele darse cuando un sistema tiene demasiados receptores en el circuito (lámparas, motores, etc.).
En caso de que se produzca un cortocircuito, la intensidad que se genera en muy poco tiempo es demasiado grande.
Esto hace que el interruptor tenga que ser capaz de cortar esta intensidad en un tiempo menor al que soporta la ISS (la intensidad de cortocircuito) sin quemarse.
Por ejemplo, si se ha calculado que un circuito tiene capacidad para aguantar 4000A y su cable no se va a quemar en 5 segundos, entonces el dispositivo tendrá que cortar la corriente antes de que pasen esos segundos.
El interruptor termomagnético no es un dispositivo complejo. Su funcionamiento está basado en la dilatación de un metal por el calor y las fuerzas de atracción generadas por campos magnéticos.
La corriente circula por el metal y, cuando su intensidad aumenta, el metal empieza a dilatarse por el calor, produciendo de esta forma la apertura del circuito.
Por otro lado, se encuentra la bobina, mediante la cual circula la corriente y se genera el campo magnético.
Cuando aumenta la intensidad de la corriente, se incrementa la intensidad del campo magnético, generando una atracción en el núcleo que se encuentra en el interior del mismo.
Y, cuando el campo es lo suficientemente grande para atraer todo el núcleo, se produce la interrupción del circuito eléctrico.
¿Dónde se utiliza un interruptor termomagnético?
Existen varios tipos de interruptores termomagnéticos, los cuales se diferencian en base del tiempo de respuesta que posean de acuerdo a la intensidad de la corriente.
Veamos cuáles son estos dispositivos y en qué propiedad se utilizan:
- Interruptor termomagnético curva B: es utilizado principalmente en zonas de edificios porque ofrece entre 1,1 y 1,4 veces la intensidad nominal cuando actúa por efecto térmico y entre 3 y 5 veces cuando actúa por efecto magnético.
- Interruptor termomagnético curva C: es un dispositivo que se emplea en domicilios. Cuando actúa por efecto térmico, tiene entre 1,1 y 1,4 la intensidad nominal y entre 5 y 10 veces cuando actúa por efecto magnético.
- Interruptor termomagnético curva D: se utilizan en ámbitos industriales. Tienen entre 10 y 14 veces la corriente nominal por efecto magnético y entre 1,1 y 1,4 veces cuando actúa por efecto térmico.
- Interruptor termomagnético de curva MA: actúa con corrientes 12 veces mayores a la nominal con efecto magnético.
- Interruptor termomagnético de curva Z: protege las instalaciones con componentes electrónicos. Ofrece entre 1,1 y 1,4 veces la corriente nominal cuando actúa por efecto térmico y entre 2,4 y 3,6 veces cuando es por efecto magnético.
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